Cap.
15
Tara miraba sus pies mientras sostenía un café entre sus manos, sentada en un banco del hospital.
El sonido de la puerta al abrirse le hizo salir de ese trance y vio como Raúl se acercaba a ella con mirada distante.
-Se pondrá bien- dijo el, pero no pudo contener las lagrima y se abrazo a Tara.
-Tranquilo, estoy aquí.
Unos minutos más tarde, la madre de Raúl le pidió a Tara que se lo llevara a casa y que lo cuidara mientras su padre estuviera en el hospital. Haciendo caso a sus peticiones, Tara acompaño a Raúl a su casa y le preparo algo para comer. Al terminar, Tara pensaba dejarlo solo para que pudiese estar tranquilo.
-Quédate esta noche conmigo… por favor- le pidió Raúl mientras ella ya estaba dirigiéndose a la puerta.
-Está bien- accedió ella y se sentó junto a él en el sofá.
Permanecieron en el sofá hasta bien entrada la noche. Cuando Tara vio que Raúl comenzaba a cabecear lo condujo a su cuarto medio adormilado, le puso el pijama y se metió en la cama con él.
Suena el teléfono, Tara se despierta sobresaltada y corre al encuentro del ruidoso aparato.
-¿Si?- Contesta ella sin abrir los ojos, justo para descolgar.
-¿Tara? Hola, soy la madre de Raúl, ¿Qué tal esta?
-Buenos días, si, bueno todo lo bien que se puede estar ahora, aun duerme, si quieres hablar con el…
-A no tranquila, no hace falta- la interrumpe.
-¿Necesitas que haga algún turno o me pase por allí a llevarte algo o lo que sea?
-De momento todo bien, gracias.
-Y… ¿Cómo está?- pregunta Tara esperando que no sea una pregunta inadecuada.
-Bueno ya sabes… estas cosas llevan su tiempo y apenas sabemos algo, según los médicos todo va con normalidad- dijo ella entre suspiros.
-Bueno, algo es algo- dijo tara antes de oír un portazo en el piso de arriba- parece que el dormilón se ha despertado…
-Lo siento he de irme dile que luego me llame…- y antes de que tara dijera nada escucho como comunicaba el teléfono.
Tara dejo el pequeño aparato en el mismo sitio donde lo encontró y se dirigió al pie de la escalera.
-Buenos días feo, ¿Qué tal has dormido?-pregunto ella al ver a Raúl asomarse.
-Bueno… bastante bien sabiendo que estabas conmigo, aunque me he asustado al no verte a mi lado al despertar- confeso el mirando al suelo.
-Tranquilo, no sería capaz de dejarte solo.
-Gracias.
Bajo y ambos desayunaron leche con algún que otro rastro de galletas que quedaban en la despensa.
Ese día transcurrió tranquilo bastante tranquilo, sin ninguna novedad proveniente del hospital ni por parte de Raúl ya que parecía que estaba en otro mundo.
A la noche, cenaron en casa de Raúl y Tara se fue a su casa a dormir, a petición de él, que prefería estar solo para pensar.
Subió las escaleras, entro en su cuarto, se puso el pijama, pero no no se metió en la cama, se sentó en el sofá de su ventana. Desde allí tenia visión de todo su cuarto y detuvo la mirada en una pared, donde estaban pegada sus fotos con Raúl, las miro detenidamente durante unos minutos y después giro la cabeza para mirar a trabes de la ventana, desde podía verlo. No hacia gran cosa, estaba sentado en su cama, rasgueando las cuerdas de su guitarra que sostenía sobre sus piernas. Parecía cantar algo pero a penas era capaz de leer sus labios y menos de escuchar sus palabras.
Se quedo engatusada mirando la imagen de él durante un buen rato hasta que este dejo el instrumento, apago la luz y se metió en la cama. En ese momento, Tara tomo su portátil y escribió una nueva entrada en el blog que hace poco decidió abrir para escribir sus pensamientos e ideas.
Párrafo a párrafo fue escribiendo como se sentía por todo lo que estaba ocurriendo en su vida, subió lo escrito y se metió en la cama pero antes de conciliar el sueño le llego una notificación de que alguien había comentado la entrada del blog que acababa de escribir. Aquella persona, que ya había comentado anteriores veces en su blog, le daba ánimos para no tirar la toalla y seguir apoyando a todos aquellos a los que afectaba los sucesos de los últimos días…
Leyendo aquello Tara se quedo dormida con el portátil sobre la tripa y durmió profundamente dejando a un lado todas las preocupaciones que la atormentaban estos días. Quien sabia que le depararían los próximos días, pero estaba prepara para lo que sea.
O eso creía ella…
Hola a tod@s siento no haber subido capítulos en tanto tiempo, me quede estancada en un punto en el que no tenia en que basarme para escribir pero ahora, después de bastantes sucesos, ya lo tengo y tengo muchísimas ganas de aplicarlo en el blog. Espero que disfrutéis tanto de la novela como lo hago yo mientras la escribo. Hasta la próxima (que no será mucho tiempo)
Maddi Rivas.