Cap.8
A la mañana siguiente, tanto Raúl como Tara se despertaron temprano, ella
antes que él.
Los dos se prepararon y se encontraron en frente de la casa de ella, conde
la noche anterior acordaron.
-Hola- saludo él con un beso- estas
un poco dormida ¿no?
-Un poco, es poco para como estoy- y los dos se rieron.
Cuando llegaron al instituto se reunieron con los chicos y con unas chicas
que estaban con ellos.
-Hola- se saludaron todos entre sí
cuando los vieron llegar.
-Parejita, esta es Mía, mi nueva novia- dijo Jorge- y esta es Natàlia de
Rubén y Mireia de Jaime.
Todos se saludaron entre sí e idearon un plan para hacer todos juntos el fin
de semana.
Esa misma semana, el fin de semana
-¿Si?- contesto Tara al teléfono.
-¡Hola! Soy Mia, las demás y yo hemos quedado en el centro comercial para
comprar unos bikinis para esta tarde,
¿te vienes?
-Sí, claro, ¡me apunto! - contesta Tara ilusionada- ¿A qué hora?
-A las once- contesta la chica del otro lado del teléfono.
-Allí nos veremos, hasta luego, un beso- y las dos cuelgan.
Después de una mañanita de compras y de haberse probado cientos de bikinis, quedaron con los chicos. Todos
se fueron a la casita de la playa de los padres de Mireia.
-Cada pareja en una habitación- dijo ella- escoged una.
Raúl tomo a Tara de la mano y la condujo hasta la habitación más alejada de
las demás.
-Así estaremos más tranquilos- y le guiño un ojo.
-Vale- dijo ella con una amplia
sonrisa.
Entraron en la habitación elegida, no era excesivamente grande ni demasiado
pequeña, era acogedora, había una cama de matrimonio que presidia el cuarto con
un par de mesillas de noche a los lados y un cuarto de baño con bañera para dos.
Dejaron las maletas sobre la cama y se pusieron el bañador dispuestos a ir a la
playa.
Bajaron a la planta baja y se reunieron los ocho, comenzaron a caminar en dirección
a la playa y los chicos las adelantaron, las chicas no sabían nada pero los
chicos planeaban un plan.
En cuanto dejaron las cosas en la arena y ya estaban en bañador todos, cada
chico tomo a su chica en volandas y las llevaron al agua, cosa que hizo que las
chicas quisieran luchar contra ellos…
En cuanto se calmaron, jugaron al voleibol, tomaron el sol, sacaron fotos…
Cuando se puso el sol
Todas las chicas se sentaron juntas en una hamaca, mientras sus chicos
preparaban la cena, que era como una recompensa por haberlas metido al agua.
-Que suerte de chicos tenemos, chicas- dijo Mia y todas re rieron del
comentario.
-¿Qué os pasa chicas?- Pregunto Jorge curioso al ver la reacción de estas.
-Nada, nada- y se volvieron a reír.
-Tara, ¿puedes venir un momento?- la llamo Raúl.
-Claro- se levanto, guiño un ojo a
las chicas que la miraban curiosamente y fue al sitio apartado a donde la
conducía Raúl.
Anduvieron unos metros hasta estar más apartados del resto del grupo, para
que no los vieran. En ese momento Raúl la levanto en sus brazos sorprendiéndola.
-¡Estás loco!- grito ella.
-¡Sí!- dijo él entre risas- Yo también te quiero.
Cuando Tara consiguió soltarse salió corriendo por la orilla hasta que Raúl
la alcanzo y cayeron al suelo, uno encima del otro.
-¿Te arrepientes de haberte mudado en frente de un tío como yo?- pregunto
curioso.
-Creo que es el mejor sitio para mudarse, no me arrepiento- y se besaron.
Después de estar un rato tumbados en la arena, volvieron con el resto y
cenaron en el porche de la casita de la playa.
Al terminar la cena, ya en la habitación
-Estoy hecha un asco- protesto Tara al mirarse en el espejo y ver que
estaba llena de arena.
-Sí, te haría falta una duchita- la miro Raúl- ¿nos duchamos?- le pregunto
mientras de aflojaba el lazo de la parte de atrás del bikini.
-Sí insistes…- con testo y le soltó el lazo del bañador que hizo que este
callera al suelo.
Solo en bóxers, Raúl fue al baño y empezó a llenar de agua caliente la inmensa
bañera. Dos minutos después, cuando ya estaba casi llena, apareció Tara
cubierta con una toalla.
-No tengas miedo guapa- le dijo el tomándole la mano.
Tara soltó la toalla y él se deshizo de los bóxers, se bañaron
tranquilamente y después del baño, salieron, se secaron, pelearon un poco antes
de caer rendidos del sueño.
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