Capitulo 9


Cap.9

A la mañana siguiente Raúl y Tara se despertaron mucho antes que el resto del grupo. Se prepararon en silencio y bajaron a desayunar a la terraza.
-Qué pena que esto se acabe ya- suspiro Tara.
-Lo sé- dijo él- pero aun podemos hacer otra cosa- continuo él, captando la atención de Tara.
-¿El qué?- pregunto ella curiosa.
-Podemos completar un poco más tu collage de la pared de tu cuarto que empezamos al venir de casa de mi
 tío- propuso el.
-¡Es una idea estupenda!- dijo ella pegando un grito de alegría y recibiendo un shh de Raúl para que no gritara mucho y despertara a los demás.
Cuanto terminaron de desayunar, lo recogieron todo y salieron en busca de lugares para fotografiar.
En primer lugar fueron a una de las playitas vírgenes que había por la zona. Como Tara había tenido la brillante idea de coger una toalla, aprovecharon y estuvieron un rato allí observando aquel maravilloso lugar y como no, sacando alguna que otra foto para el collage.
-Guapa, tengo una idea, ¿y si llamamos a tu collage ‘’nuestro pequeño mundo’’? – dijo Raúl escribiendo esas mismas palabras e la arena con un palo de forma de que se viese muy grande.
-Me encantas cuando tienes ideas, porque siempre son perfectas- se acerco a él y le dio un beso.
Raúl cogió la cámara y saco una foto a la zona de la arena conde estaba escrita esta cita de palabras, con intención de ampliar la imagen y ponerla en el centro del collage.



En la casita de la playa

Las otras tres parejas se despertaron y se reunieron todos en la terraza.
-¿Y Tara y Raúl?- preguntó Mía mirando a los demás.
-Pues no tengo ni idea- dijo su novio que acababa de salir a la terraza con dos tazas, una para él y otra para ella, concluyó dándole un besito en la frente.
En cuanto terminaron de desayunar y recogieron todo, las chicas subieron corriendo y se pusieron los bikinis.
-¡Andáis lentos chicos!- gritaron ellas saliendo de improvisto den la casa y corriendo a la playa ante la mirada de sorpresa de sus chicos.
Ellos como si fuese un auto reflejo subieron, se cambiaron y también salieron corriendo tras ellas.

En algún bonito lugar cerca de allí

-¡Raúl no me mojes!- protesto Tara, que estaba metido hasta los tobillos en una pequeña ría que habían descubierto cerca de allí.
Raúl ante las protestas de su novia, no tuvo mejor idea que tomarla en volandas, dejándola suspendida justo encima del agua, a pocos centímetros.
-¿Y ahora que preciosa?- dijo él con una sonrisa pícara que le surcaba la cara.
-Ni se te ocurra hacer lo que estas pensando- dijo ella antes la sonrisa de él.
A pesar de sus alaridos, suplicas y forcejeos, Raúl la metió de lleno en la ría, empapándola de arriba a bajo, cosa que solo consiguió que ella lo tirara también al agua y los dos terminaron calados hasta los huesos.

Media hora más tarde en el mismo bonito lugar

Raúl y Tara estaban sentados uno entre las piernas del otro, de modo que Raúl abrazaba a Tara con la toalla cubriéndolos a ambos.
Aguardaron así hasta bien caída la tarde, disfrutando de aquel bellísimo lugar antes de volver con sus amigos, que seguramente se estarían preguntando donde estaban.

Al atardecer, en la casita de la playa

Los seis amigos aguardaban reunidos en torno a la mesa redonda de la terraza de la casita de playa, esperando a ver si sus otros dos amigos decidan apareces.

-¡He!, Por fin parejita ¿Dónde estabais?- pregunto Natalia, que fue la primera en verlos llegar.
-La e raptado un momento- Dijo Raúl.
-Pues ya era hora que es el momento de los farolillos- dijo Jaime entregándoles uno a cada uno.
Fueron todos a la playa, cada uno con su farolillo y al llegar a la orilla encendieron todos el suyo.
-Chicos esto es pos un año nuevo de estudios y por todos nosotros- anuncio Natalia.
-A la de tres todos juntos- anunció Jaime.
Al escuchar esto todos levantaros los brazos sosteniendo los farolillos entre las manos y en cuando escucharon la cuenta, los soltaron todos a la vez. Fue precioso, ver como se alejaban los ocho farolillos de papel.
Todos aguardaron hasta que la ultima lucecita se desvaneciera en la oscuridad del atardecer y después se fueron todos a dormir ya que tendrían que volver a casa en unas escasas horas y tenían que descansar.