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UNA PEQUEÑITA ENTRADA DE 
MI NOVELA TARA

Capitulo 5


Capítulos. Tara







Cap.5



A la mañana siguiente cuando Raúl se despertó, estaba completamente solo, Tara ya se había levantado y no estaba en la habitación.
Se cambió de ropa y bajo a la cocina donde estaba ella desayunando.
-Buenos días, ¿has dormido bien?- Pregunto él.
-Buenos días- lo besó ella como saludo- estupendamente ¿y tú?
-Perfectamente- le contesto con una de sus habituales tímidas sonrisas.
En ese instante entro en la cocina la prima pequeña de Raúl, Sofía.
-Buenos días- y abrazo a Tara y luego a Raúl.
-Buenos días- la saludaron los dos.

La mañana trascurrió tranquila, se despidieron de Rubén que volvería el miércoles a por nosotros.
A la hora de comer, cocinaron Tara y Sofría y les quedo un estofado de carne magnifico.
-Ven conmigo Tara- la arrastro la niña a la calle, después de comer.
Las dos salieron al patio trasero de la casa, que dejaba a la vista muchos tipos de diferentes plantas exóticas y con una fuente en el centro con varios bancos de piedra blanquecina desgastada por el transcurso de los años a los lados de la fuente. Se sentaron en uno y charlaron de muchas cosas.

Al mismo tiempo en el interior de la casa
-Raúl tienes visita- anunció su tío.
-Ya voy- se levanto del sillón desgastado en el que estaba acomodado viendo la tele y se acerco a la puerta.
-Hola- saludo su visita.
-¿Que quieres Samanta?- pregunto él con cierto desinterés.
-Yo también me alegro de verte- dijo ella con ironía.

En ese mismo instante en la parte trasera de la casa
-Voy a buscar a Raúl, ahora vengo pequeña- le dio un beso en la mejilla a Sofía y entro en la casa.
-¿Dónde está Raúl?- le pregunto Tara al tío Jon al verlo en el sofá.
-Esta hay- y le señala la pregunta principal- tiene visita, una chica y se respira mucha tensión entre ellos.

Fuera de casa
-Vamos Raúl, no hagas como sí no hubiera pasado nada- dijo ella.
-Eso fue hace mucho tiempo- dijo él molesto.
En ese momento Tara salió al exterior de la casa y Samanta al darse cuenta de quién era aquella chica, se lanzo a los brazos de Raúl y lo besó ante la atenta mirada de Tara que se fue llenando de lágrimas y se fue corriendo a la colina.
-¿Eres tonta? ¡Vete, no quiero verte!- grito el apartándola bruscamente.
-Pensaba que te había gustado- dijo ella indignada.
-De ti no me gusta nada, vete, ya no haces nada aquí- dijo y salió corriendo en la misma dirección que tomo Tara para huir.

Ya en la colina
‘’Como ha podido hacerme esto, engañarme de esta forma, como ha podido’’  No para de repetir estas palabras en su cabeza mientras cientos de lagrimas inundaban su cara.

En ese mismo instante al pie de la colina
La vio estaba sentada donde estuvieron ayer los dos, tiene la cabeza entre las manos y se ve que está llorando desconsoladamente.
Se acerco a ella cautelosamente y se sentó a su lado pero dejando un espacio.
-Vete- le dijo ella.
-Deja que te lo explique por favor- suplico él.
-Te… te escucho- le contesto con torpeza.
-La chica con la que me acabas de ver es… Samanta mi ex novia, sigue con la idea de que podemos volver a tener algo- suspira y sigue hablando- siento mucho lo que a pasado, no la quiero a ella, te quiero a ti, créeme por favor.
Tara se levanta y se aleja y antes de perderle de vista le dice:
-tengo que pensar- y se va.

Cinco minutos después en el patio trasero de la casa
Tara llora desconsoladamente en uno de los bancos de piedra. Sofía entra con una rosa branca en la mano y se sienta a su lado.
-Es de Raúl, para ti- y le entrega la flor, la favorita de Tara, y Raúl lo sabía.
Tara intenta sonreír.
-Gracias.
-Sé lo que ha pasado, no culpes a mi primo, conozco a esa chica, es una amiga de mi primo y más de una vez le ha hecho lo mismo que hoy, sé que estas enfadada con él pero piénsalo bien por favor, el no tiene la culpa- de un salto baja del banco y entra en la casa.
Tara decide actuar, se levanta, coge la rosa y se va a la colina. Allí esta él, esperándola, guapo, como siempre, pero dolido por lo que ha pasado entre ellos.
La ve, está llegando hasta él con la rosa en la mano y las mejillas rosadas de haber llorado.
Le tiende la mano y Tara se sienta entre sus piernas, apoya la cabeza en el hombro de él y se deja embaucar por su aroma.
-He hablado con Sofía- dice de repente- me ha contado que no es la primera vez que esa chica viene a hacerte eso asique… te perdono…
Raúl reconfortado, la besa con dulzura.
-No sabía cómo actuar, si me perdonarías, tenía miedo… de perderte…
-No me vas a perder- y lo besa, para calmarlo.

 Transcurrieron el resto de la tarde en la colina y cuando cayó la noche, después de disfrutar de una esplendida puesta de sol bajaron a cenar. 
Al concluir la cena se fueron directos a dormir, todos los sentimientos y tensiones acumulados los habían dejado exhaustos y conciliaron el sueño plácidamente uno junto al otro.




Iré publicando el resto de los capítulos semana a semana.
Besos :)

Capitulo 4


Capítulos. Tara




Cap. 4

Cuando llego el fin de semana y taras una agotadora semana de exámenes, Raúl, decidió darle una sorpresa a Tara.
En casa de Tara, sonó el timbre de la puerta.
-Ya abro yo- dijo Tara.
-¡Hola!- saludo al ver que era Raúl- pasa.
Y se apartó para que pudiera pasar al interior de la casa, subieron los dos al cuarto de ella ante la mirada de su madre.
En el cuarto traserro la puerta de su habitación y se encontró los labios de Raúl en los suyos.
-Lo siento, no aguantaba más- y se rieron los dos.
Se sentaron los dos en la cama y él empezó a explicarle el motivo de su aparición.
-Veras, este fin de, ya que es puente me voy con mi hermano a la casa de mi tío en el monte y quisiera saber haber si quieres venir conmigo.
Tara se quedo un momento pensativa, salió del cuarto ante el asombro de él y dos minutos después subió a trompicones por las escaleras.
-¡Sí puedo!- y se tiro encima de él obligándolo a tumbarse y le dio un beso.
-¡Genial! Salimos mañana tempano quedamos a las cinco y media en la puerta de tu casa, son dos horas de viaje pero merece la pena. Estaremos tres días, volveremos el miércoles y esperó el asentimiento de ella.
Raúl se quedó a comer y luego fueron a casa de él, a su cuarto. Cerraron las persianas y se tumbaron en la cama, ella encima de él.
Mientras se besaban él le fue retirando la camiseta asta quitársela y cuando iba a por los pantalones, ella lo detuvo.
-Lo siento, voy demasiado deprisa- y subió las manos hasta su cintura y siguió besándola.
Cuando se izo tarde, Tara volvió a casa con ganas de que llegara al próximo día.

A la mañana siguiente, de madrugada, Tara cogió sus maletas y esperó en la puerta de su casa al coche de Raúl y de su hermano.
Raúl salió de su casa con las maletas y se reunió con ella, ambas esperaban el hermano de él y este llego a los dos minutos, montado en un Range Rover rojo cereza, pusieron las maletas en el maletero y los dos entraron en la parte de atrás, uno junto al otro. Echaron mano de una manta y se durmieron el resto del camino.
 Cuando llegaron, los dos bajaron medio dormidos, pero con ganas de pasarlo bien. Tara y Raúl cogieron sus maletas y subieron a su cuarto.
-Este es- indico él al entrar en una habitación con dos camas individuales.
 -Si quieres podemos dormir juntos- le dijo él dedicándole una sonrisa picara que hizo que ella se sonrojara. Al observar su reacción, él la tomo entre sus brazos y la puso en la cama, se colocó encima de ella y la comenzó a besar, pero en ese instante la voz de Rubén, el hermano de Raúl los interrumpió.
-Parejita dejar lo que estéis haciendo y prepararos para bajar al picadero.
-¿Vamos a montar a caballo?- le pregunto Tara a Raúl.
-Sí, ¿has traído las botas que te dije?- con el asentimiento de ella prosiguió- ¿sabes montar?
-Sí, de pequeña fui a la hípica.
Se dieron un último beso y se empezaron a cambiar. Ella se puso una camisa de cuadros azules con unos vaqueros y botas negras, y él, parecido a ella.
Bajaron las escaleras que daban a la planta baja donde re reunieron con el tío de Raúl.
-Raúl, coge tu caballo- le indica su tío, él asiente y se dirigió a uno de los muchos caballos- y tu... ¿cual quieres pequeña?- le pregunta el hombre que le mira con interés al ver que se fija en una yegua de mediana estatura, corpulenta y con la tez negra como el carbón.
-Esa me gusta mucho- y se acerca al animal que arrima el hocico en busca de alguna caricia.
-Veo que te gusta la bonita Pilgrin, no suele ser la más elegida pero contigo está en buenas manos- después de eso condujo a la muchacha al fondo de del largo pasillo abarrotada de boxes de caballos, tomo en mano los cepillos para limpiar al animal y su silla.
Entro en su box correspondiente y observó lo sucia que estaba, tanto el animal como el box donde se encontraba. Tiro de las riendas del animal y lo hizo salir del box atándolo en unos barrotes del costado de donde estaba. Tara volvió donde estaba el tío de Raúl, Jon y le dijo:
-¿Dónde puedo obtener una carretilla y heno nuevo?
-¿Vas a limpiar el box?- preguntó sorprendido de la actitud de la chica- Ahí, hay una carretilla y él heno que retire lo puedes tirar allí- señalando una montaña de heno retirado- y aquí tienes para reponer- le dice dándole dos fardos de heno nuevo.
-Gracias- lo agradeció ella y volvió al trabajo.
El hombre observó carácter de aquella bella muchacha que trabajaba como ninguna otra de de sus parecidos rasgos, aquel hombre nunca vio a una chica así mancharse las manos por acomodar a un animal que ni siquiera es suyo.
Tara tomo la carretilla y la lleno de heno usado, cuando iba a tirarlo a la montaña que le indico Jon paso por delante del box donde Raúl cepillaba a Rayo, su caballo, y al verla sonrió, aquella chica era única y lo sabía por eso la quería tanto.
Tara termino de limpiar el box y se dispuso a limpiar a la yegua. Cepillo en mano, retiro toda la suciedad de aquel esbelto animal que iba a ser su monta dentro de poco tiempo. Mientras tanto oyó como Raúl salía con Rayo de su box y salían al exterior.
Para finalizar de reparar a su yegua, Tara ajusto su silla y después trenzo la crin de Pilgrin y se izo una a ella misma para así colocarse el casco cómodamente, desato las riendas que seguían atadas en el exterior del box y se dirigió al exterior por donde había salido Raúl antes.
Fuera, en una campa con el perímetro limitado por una alta valla, Raúl ya trotaba a lomos de Rayo, se acercó y se monto en Pilgrin y a trote se acercó a Raúl que estaba acompañado por su tío. Ambos hombres admiraron el aspecto de Tara y de su flamante montura, que tanto Tara como Pilgrin con sus largas trenzas en espiga parecían de competición.
Montaron durante toda la mañana y al mediodía volvieron al establo y desmontaron los caballos.
La tarde la pasaron los dos, tara y Raúl, tomando el sol en una bonita colina, no muy alta, que se encontraba en la parte trasera de la casa.
Cuando comenzó a oscurecer, decidieron volver.

Ya en la habitación
-¿Estas cambiada?- pregunta Raúl del otro lado de la puerta.
-Sí, pasa- obtuvo como respuesta.
Él abrió la puerta y después de un leve chirrido pudo ver a Tara, solo cubierta con un fino pijama de verano junto a la ventana admirando la luna llena, él se acerco y la abrazo por detrás admirando también las maravillosas vistas que tenia pero no de la luna, sino de su preciosa novia.
Se tumbaron los dos sobre la cama más próxima a la ventana y se durmieron sin darse cuenta, uno junto a otro.


  








Capitulo 3


Capítulos. Tara




Cap. 3


  A la mañana siguiente, Raúl se despertó y lo primero que izo comprobar haber si Tara estaba en la cama, pero estaba bacía y hecha.
Hoy se iba a lanzar, hoy cuando la viera le diría que es increíble y que tras lo de anoche no para de pensar en ella y en sus labios, era el momento. Sabía que nos e conocían desde hace mucho pero con lo que la conocía si ya la deseaba no podía esperar más, admitiría un no si ella así lo quisiera pero tenía una esperanza.
A las siete puntual estaba plantado frente a la puerta de la casa de Tara, a los minutos salió ella, feliz y sonriente en cuanto lo vio, vestía una falda con botones a los lados y una camiseta azul a juego, guapísima, a él se le acelero el corazón al verla.
-Estas muy guapa- le dijo.
-Gracias- y se sonrojo.
-Quiero decirte algo- cogió aire y le tomo la mano entre las suyas- puede que parezca u desesperado y que no quieras porque nos conocemos desde hace poco pero... me gustas y... ¿Quieres salir conmigo?
Ella se sorprendió hacia mucho que no salía con nadie y que un chico tan guapo como el se le declarara así la sorprendió, aquel quico que le llamo la atención desde el momento en que se chocaron en el pasillo y con el que a pasado pegada a él estos últimos días ha sido una de las mejores experiencias que ha tenido y lo quiere.
Además gracias él ya está mejor y lo que izo anoche por ella fue maravilloso.
-Me encantaría- y le sonrió.
Él se inclino un poco y la beso dulcemente en los labios, a lo que ella respondió un poco patosa pero apasionadamente.
Llegaron al colegio de los primeros y acudieron a todas las clases juntos.
A última hora después de darles la noticia a los chicos, entraron al pasillo. Raúl la pillo distraida


y aprovecho el  momento, la tomo de la cintura y al apoyo en una taquilla, la beso apasionadamente en el cuello y en la boca, a lo que ella respondió de la misma manera. Después de eso, los dos volvieron a casa. Tras pasar mucho tiempo hablando de ventana a ventana se acostaron, uno pensando en el otro.


Capitulo 2



Capítulos. Tara



Cap. 2


A la mañana siguiente, también se levanto sobresaltada pero no por una pesadilla sino por el despertador que indicaba la hora de levantarse. Se levanto y abrió las cortinas de su habitación y observó a un chico que la miraba desde de la habitación de la casa de al lado. Lo ignoró y se preparo para ir al instituto, cosa que el imitó.
Tara bajo a la cocina y vio una nota en la mesa, en ella pudo leer que su madre y su hermana ya no estaban en casa.
Desayuno, se preparo, cogió su mochila y salió de casa. En el paseo que dio el día anterior fue a ver donde estaba el instituto para hoy no perderse.
Al llegar, lo primero que hizo fue buscar su taquilla asignada y dejar sus cosas. Mientras miraba su horario se choco frontalmente con alguien, cosa que izo que se le cayeran los libros,
Levanto la mirada y observo a un chico moreno que le sonreía tímidamente. El se agacho y le recogió los libros, se los entrego.
-Lo siento,  no te había visto- se disculpo él.
-No lo sientas, yo iba mirando el horario- afirmo ella.
-¿Eres nueva no?- Pregunto – me llamo Raúl- y el tendió la mano.
Ella la tomo y le contesto:
-Yo soy Tara- después de mirar su horario le dijo-¿Dónde está el aula de música?
-¿Te toca música? Entonces estas en mi clase, ven- y la condujo al aula.



Los dos entraron y tomaron asiento uno junto al otro, en ese enorme auditorio fueron llegando alumnos pero Tara no se percato casi de eso, estaba más atenta en él, que le daba la sensación de que lo conocía de algo, pero no sabía de qué.
El profesor entro y todos lo saludaron, un hombre algo rellenito con unos pantalones planchados con raya y un jersey de lana a rallas, aquel hombre transmitía apacibilidad y seguridad.

-Hola a todos, para comenzar, demos la bienvenida a Tara Flecher que este año se incorpora con nosotros- comenzó diciendo- señorita Flecher para cualquier cosa llámeme Smith.
Tara se levanto les saludo a todos y se volvió a sentar otra vez ante la atenta mirada de Raúl.
Cuando las clases concluyeron y llego la hora del descanso, Raúl condujo a Tara a uno de los patios exteriores del centro.
-Hola chicos- saludo él cuando llegaron junto a un grupito de personas formada por tres chicos, de unos 17 años igual que ella- ellos son Jorge, Rubén y Jaime- se los presento a Tara.
-Encantada- les dijo ella.
-Igual mente- respondieron todos.
Tras media hora charlando, Raúl y Tara se fueron a clase de geometría.
Tras finalizar todas las clases, Raúl acompañó a  Tara a casa:
-¿Dónde vives?- Le pregunto él, antes de ponerse a andar.
-A dos manzanas de aquí- contesta ella.
-¿En serio?- pregunto sorprendido- Yo también, ¿te importa que te acompañe?- le pregunto.
- Me parece estupendo- contesto ella.
Emprendieron la marcha y al llegar a la casa Tara dijo:
-Ya hemos llegado- dijo, y sonrió.
-Encantado, nueva vecina- bromeo el- yo vivo hay- y señalo la casa que estaba a la izquierda de la suya y los dos se rieron. Se despidieron y cada uno entro en su respectiva casa.
Tara subió a su habitación abrió las cortinas y la ventana y se puso a hacer los ejercicios de geometría en el hueco de la ventana que tenia habitado como un sofá.

En ese mismo momento, en casa de Raúl
Él sube por las escaleras y al entrar en su cuarto lo primero que ve a trabes de su ventana es a tara, guapa como ella misma, aunque la conociese personal mente hoy la lleva viendo desde su ventana día tras día desde que se mudo, el ya siente algo por ella, pero no sabe muy bien cómo expresarlo.
Deja su mochila sobre una silla y echa mano de sus ejercicios, los mismos que los de ella. Se tumba en la cama y con la ventana abierta le dice:
-¡vecina, cuánto tiempo!- y el pregunta- ¿Cómo es el ejercicio nueve?
Ella se sobresalta y lo mira con una sonrisa, ahora sabe porque le sonaba aquel chico, que la miraba cada día desde la ventana.
-Solo tienes que hallar las áreas y multiplicarlo-responde a su pregunta.
Tras una hora hablando, Tara se fue de su cuarto y no volvió hasta las nueve, después de haber cenado. Se puso el pijama pero no se dio cuenta de que el la estaba mirando, ya que tenia las luces apagadas.
Cuando ella estaba sentada en la cama, el se levanto, encendió las luces y se desnudo hasta quedarse en bóxers, ella lo miraba, el quería que ella lo mirara y sentía rubor porque lo hiciera.
Se puso una camiseta y se dirigió a la ventana,
-buenas noches- le dijo, casi sin verla entre las penumbras.
-Igualmente- recibió como respuesta.
Y satisfechos de cómo les había ideo el día se durmieron.

Ese mismo día a mitad de la noche en la cuarto de Tara
Un horrible dolor de cabeza despertó a Tara de su sueño. La luz que provenía de la habitación de Tara despertó a Raúl.
-¿Estás bien?- pregunto él un poco aturdido pero a la vez preocupado.
-Siento haberte despertado, no, no mucho la verdad, me duele mucho la cabeza- contesto ella entre una mueca de dolor.
-Espera un momento- dijo él, y desapareció de su cuarto.
Se oían ruidos metálicos fuera y tara se asomo a  mirar en el hueco que había entre las dos casa. En ese momento una escalera se poco en el borde de su ventana y Raúl subió a toda prisa por ella. Salto dentro del cuarto y sonrió.
-¿Estás loco?- susurro ella.
El la mando callar posando su dedo índice en los labios de ella.
Tenía consigo un sobre de ibuprofeno que lo puso a disolverse en un vaso que cogió del cuarto de baño de ella. Cuando estuvo listo, se lo tendió a ella y esta se lo tomó. Ante su atenta mirada Tara volvió a entrar en al cama, se tapo y el le dio un beso en la mejilla muy cerca de los labios, por muchas ganas que tuvieran de besarse, se reservaron.
-Si mañana estas mejor, te espero a las siete en la puerta de tu casa- le susurro dulcemente Raúl a la oreja.
Después de eso desapareció y con el la escalera, dos minutos después lo vio en su habitación, se metió en la cama y se durmieron los dos mirándose pero sin verse.  
















Capitulo 1



Capítulos. Tara


Cap. 1
L

a están persiguiendo y no tiene donde esconderse, al final del túnel ve una luz, cada vez más grande y…
Tara se despierta sobresaltada en la cama de su nuevo dormitorio. Desde que se trasladaron allí hace un par de semanas junto a su hermana pequeña y su madre, no ha conseguido dormir en paz.
Tara observa su habitación y la docena de cajas de la mudanza que aun  tiene sin desempaquetar. Se levanta y baja a la cocina sonde Sara, su hermana, está devorando un cuenco de cereales de vistosos colores. Se sienta a su lado y también se sirve uno ella.

-Buenos días a las dos- dice su madre al entrar en la cocina.
-Buenos días- contestan ambas al unísono con la boca a rebosar de cereales.
-Tara, mañana es tu primer día de instituto aquí en Londres, ¿no estás contenta?-  Le pregunta su madre.
-Claro mamá- contesta ella con una pizca de sarcasmo. Ella, no tiene ningunas ganas de ir, ser la nueva, no es precisamente lo que más le atrae.

-Voy a salir a dar una vuelta- dice Tara bajando las escaleras después de haberse cambiado de ropa en su cuarto.
-Vale, pero no tardes demasiado, comeremos dentro de poco- le anuncia su madre.
Con un gesto se despide de su hermana, que esa absorta viendo los dibujos animados que está echando en la televisión.
Cuando ya Tara está en la calle observa su nueva casa, una pequeña villa con jardín y  una valla que lo rodea el perímetro de la casa.
 Suspira y comienza a andar.
Llego la hora de comer y regresó a casa.
Después de pasarse la mayor parte del día organizando las cosas, se fue a la cama expectante de lo que le pasaría mañana en el instituto, a quien conocería y como le irían las clases, tenía ganas de conocer a gente y hacer nuevos amigos en Londres.
Y con todos estos pensamientos en mente se quedo profundamente dormida