Cap. 16
El cursor no paraba de
parpadear sobre la hoja en blanco que tenía abierta en la pantalla del
ordenador, tenía tantas cosas que decir y tan pocas palabras para explicarlo…
Tara estaba algo ausente
aquella mañana, era uno de esos días en los que sientes que todo va a salir mal
desde que pegas los pies en el suelo de la habitación, esos días en lo que
habrías preferido quedarte en casa, esos días en los que no querrías haber
visto a alguien…
Miró por la ventana pero no
vio ni rastro de Raúl al otro lado del cristal, ¿habría ido al hospital? No lo
sabía. Cogió el teléfono y marcó el número que ya a estas alturas tenía más que
aprendido.
-Buenos días.
-Hola- contesto él secamente
cosa que a Tara le chocó.
-¿Qué tal estas? ¿Has ido a
ver a tu padre?
-Sí, estoy aquí- hizo una
larga pausa- ¿vas a venir?
-¿Quieres que vaya?
-No lo sé, hoy nos darán
alguna noticia sobre mi padre, haz lo que quieras- su tono era distante y
desganado, aprecia que en cualquier momento iba a colgar.
-Iré en una hora- anunció
ella.
-Bien, nos vemos- se
despidió él.
-Adió…- no le dio tiempo a
despedirse, él ya había colgado.
Tara, aparte de la llamad a
su novio, hizo lo de cada mañana. Se dio una buena ducha para despejarse,
desayunó sus cereales de colores favoritos, se vistió y fue rumbo al hospital.
De camino al hospital paró
en un Starbucks y compró un par de chocolates calientes para animar un poco a Raúl
y a su madre.
En diez minutos ya estaba al
pié de aquel enorme edificio blanco de paredes acristaladas que en un principió
no tenía aire a hospital. Pasó las puertas automáticas y se dirigió a la planta
en la que estaba el padre de Raúl. Esta vez, él no estaba pululando preocupado
por los pasillos, estaba vacío, tomo asiento y espero una hora más hasta que la
puerta se abrió lentamente, dando paso a un Raúl pálido y abatido.
-Hola- lo saludo ella- ¿Está
todo bien?
No recibió respuesta, él
tenía los ojos clavados en el suelo y no reaccionaba al movimiento de ella.
Cinco minutos más tarde en
la puerta apareció la madre de Raúl que la saludo con un triste ‘’Hola’’ y se
fue cabizbaja en dirección a la cafería.
De repente Raúl se levanto
de golpe haciendo que ella se sobresaltara.
-¿Qué pasa?- pregunto ella,
el se fue alejando- ¡Respóndeme! ¿A dónde vas? ¿no me vas a decir nad…
-Vete.
-¿Qué?
-Que te vayas, no quiero
verte más, vete de aquí.
Tara se levanto con
intención de decir algo pero él hizo un gesto de negación y se marchó. Tara se
dejo caer en la silla de nuevo… La había dejado, entendía que la situación era difícil
pero… Ya no era suyo. El corazón cálido de su maravilloso novio se había enfriado
estaba tan frío como los chocolates que esperaban pacientes a los pies de
aquella chica que un día lo fue todo para él…
La cama… era en el único sitio
que quería estar, ojala no hubiera salido de allí. Tara llego a casa corriendo
desde el hospital, se metió en casa y en cuanto llego al cuarto se dejo caer
sobre su sofá de lectura en la ventana. Desde allí podía ver lo que más quería
y no que más daño le hacía, un chico que ya no conocía.
Encendió el portátil y
tecleo con rapidez en la página de youtube: ‘’Demons’’ Se puso los cascos de música
y se durmió con aquella canción que tanta alegría le había dado y que ahora
solo conseguía hacerle llorar…
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Jo que mal...
ResponderEliminarVaya como me has dejado.. ¿Volverán? ¿Verdad?
Muchos besiitooos
Si, es triste pero después de la tormenta vuelve la calma :)
EliminarNo puedo decir nada jajaja
Un saludoo